Cata Viel

Artículo

Compararte constantemente con otras mujeres no te acerca a tu camino: te aleja de ti.
Cada quien avanza con sus ritmos, sus heridas, sus aprendizajes.
Y aunque no lo parezca, todas están lidiando con algo que no muestran.
La comparación no solo te desgasta, también te distrae. Te aleja de tu autenticidad, de tus recursos, de tu forma única de florecer.

No viniste a replicar la vida de nadie. Viniste a crear la tuya.
Reencontrarte con tu propio ritmo es una forma profunda de amor propio.
Mírate con más amabilidad. Celebra tus avances, incluso los pequeños.
No necesitas llegar primero, solo necesitas llegar siendo tú.

Cuando te conectas con tu historia, con tu ritmo, con tu verdad, empiezas a experimentar una libertad interna que la comparación no puede ofrecerte.
Esa libertad te permite diseñar una vida con sentido, no una copia del camino de alguien más.

La autoaceptación no significa conformarte, sino reconocer desde dónde partes para crecer con propósito. Vuelve a ti. Desde ahí nace lo genuino.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *